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Egoísmo: Lo que aprendo a ser y sentir.
- 22 noviembre, 2017
- Posted by: CoachingPOP
- Category: Reflexiones de confrontación
La propia palabra significa “la práctica del yo individual”, es decir, de mi personalidad y el concepto de tengo de mi mismo: mi personalidad aprendida, mi ego. Recordamos que el ego es nuestro compañero de viaje, no es ni bueno ni malo, simplemente es una parte de nosotros, de la conjugación de todas las experiencias de vida conscientes e inconscientes; de lo que he creído ser y he sentido en consecuencia, y viceversa (de lo que he sentido y he creído que en consecuencia era por sentir eso).
Hace mucho tiempo, un pequeño bebé es enviado al planeta Tierra por sus padres, debido a una catástrofe en su planeta natal. El bebé casi no recordaba nada por su prematura edad. Poco a poco fue observando su entorno, y vió que era diferente. Por miedo prefirió esconderse y observar cómo eran las personas que le rodeaban, e intentar reflexionar del por qué él era diferente. Y eso fue lo que hizo durante gran parte de su vida: aprender cómo debía ser para vivir en la Tierra.
Y llegó a una cojnclusión: tenía un mal en su Ser que tenía que eliminar si quería ser digno de vivir…
No hay ningún problema en ser también mi ego, en todas sus diferentes formas de expresión. Pero, ¿qué ocurre si me censura algunas formas de expresión? Que no seré mi ego, sino que seré una parte sólo del mismo que querrá luchar para que la otra parte no se exprese. Y ahí es de donde surge el egoísmo, la práctica del ego que finalmente creeré ser yo, pero sólo en una parte. Porque la “otra parte” creeré ser un error o algo malo a cambiar o vencer. Mi ego creerá que tiene que tomar el control y las riendas de mi vida para luchar y evitar que “la otra parte” haga acto de presencia. Es dejarme llevar por una parte de mi personalidad aprendida para censurar la otra que soy. Me divido para poder luchar contra mí mismo, contra mi vida, porque no la he aceptado y, por ende, no me acepto.
Tras duros años, Piccolo identificó todo lo malo que considereba tener, y tras una ardua indagación interna, logró eliminar de su Ser una parte «mala» de éste. De este modo, aparecieron 2 Piccolos: El Piccolo Dios (la parte «buena») y Picolo Demonio (la «mala»). Piccolo Demonio era consciente que fue repudiado de su propio «ser» por la parte «buena», lo que lo descontroló y enfureció aún más. En cambio, Piccolo Dios logró tener lo que tanto ansiaba: ser puro y digno de ser Dios. Nadie podría juzgarle por ser indigno. Ahora era «digno», gracias a repudiar a una parte de su propio «ser».
La lucha interna del bien y del mal de Piccolo siguió, y ambas partes se reencontraron años más tarde para librar su última batalla: ver quién se impone a quién…
Desde la identificación de una de las partes del ego distorsionas la realidad, y nunca podrás aceptar a la otra parte, pues “esa parte que apruebas del ego rechaza a la otra. Hasta que no integres la dualidad del ego en uno no te permitirás Ser.
Creerás que el enemigo está en casa: tú mismo.
Y te marcarás la necesidad y el objetivo de no ser tu mismo en base a creencias, emociones, acciones y objetivos que necesitarás tener en tu vida para sentirte menos culpable de ser “esa parte mala” de ti mismo.
Y la defenderás y te aferrarás a ésta desde la discusión que justifica “la parte correcta” que quieres y crees ser. Potenciarás la «espiritualidad» y la parte divina menospreciando tu parte humana por creer que no es «divina», desde el egoísmo místico.
Se apoderará la necesidad del amor y reconocimiento externo y de controlarte porque no tienes lo básico, lo esencial: a ti mismo en todas sus partes y facetas.
Creerás y sentirás que VIVIR es CONTROLAR tu personalidad para intentar ser lo que no te das cuenta que ya ERES.
Y esto reforzará aún más el discutir para defender lo que eres y lo que no se debe ser.
¿CONCLUSIÓN? TIENES LO QUE PONES EN PRÁCTICA: LUCHA Y MIEDO.
Miedo a lo desconocido, porque no te permites conocerlo: tú mismo es lo desconocido que temes.
LA CREENCIA PERSONAL
LO QUE APRENDO A SER Y SENTIR.
¿Cómo confiar en ti si eres tu propio enemigo? Creándonos un “nuevo yo” que no sea como somos.
Para ello forjamos la CREENCIA y el SENTIR de lo que “somos”. Por tanto, mi creencia personal serán aquellos argumentos y estados emocionales que me hacen sentirme “seguro”. Me siento “seguro” de ser “alguien” porque me siento “inseguro” de ser “yo”. Y pondré mi razonamiento y mi “corazón” en esa creencia personal de lo que “soy” y defiendo ser.
Pondré delante de mí una máscara, como la propia etimología de “personal” nos indica que es su significado. Actuaré siendo el “personaje perfecto” que debo ser para conseguir mi meta: no ser yo mismo, porque me da miedo serlo.
Necesitaré muchas cosas para ello, porque “construir” lo que no soy tiene un gran esfuerzo. Necesitaré controlar todo lo que me rodea para no exponerme, y por ende me controlaré a mí mismo, ya que tendré que poseer el “poder” de influir en las creencias de los demás para poder creer en la mía propia. Y necesitaré que me reconozcan en mi “grandeza” o “victimismo” para sentir que le importo a alguien. Porque, visto lo visto, me rechazo y no me valoro a mí mismo; sólo me menosprecio.
Y como guinda especial, crearé el concepto y las emociones correctas que se deben sentir en la “vida” que creo vivir. Y ahí tendré lo que por miedo quiero: mi refugio para evadirme y no tener que ser yo mismo.
Y, tras evadirme y sentirme “seguro” en mi zona de confort llamada “creencia personal”, estaré creando la distorsión de mi realidad.
Pero algo inesperado ocurrió. La parte «buena» pudo ver cómo la parte «mala» no lo era tanto como éste creía, al igual que se dió cuenta de que nuevamente en su interior «bueno» iba apareciendo nuevos matices «malos» en su ser…
Finalmente la comprensión brotó en Piccolo: La unión de ambas partes es la plenitud de su Ser, y en armonía ambas forman su verdadera Esencia.
Y así, Piccolo se aceptó en todas sus partes y se permitió ser en Esencia.
Ama tu ego para permitirte serlo y vivir plenamente en todas tus partes, aprendidas e innatas.
Author: AdminPop
1 comentario
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Dejar de estar en guerra con uno mismo trae además el beneficio de dejar de estar en guerra con el entorno.
Hacer lo que uno es, lo que a uno le nace, es encender la luz de tu Ser. Y, si esa luz se mantiene viva, aporta por sí sola lo que tiene que aportar.
Gracias por la reflexión.