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El poder de la discusión
- 26 abril, 2018
- Posted by: CoachingPOP
- Category: Reflexiones de confrontación
En nuestros días, muchas personas argumentan que discutir sobre diversos temas y asuntos es la clave para llegar a un acuerdo o consenso. “Acordar” es “ir hacia el corazón y la creencia”, y “consenso” es “con sentido, aprobación”. En resumen, podemos determinar que discutir es “ir hacia la aprobación de los que creemos y sentimos”.
Pero… ¿Y si lo vemos (leemos e interpretamos) a la inversa? Curiosamente, queda así: “sentir lo que creemos que debemos ser para llegar a la aprobación”.
Si una persona busca la aprobación de lo que cree o siente en los demás, estará buscando ser aceptado, porque en primer lugar hay una inseguridad y un no-reconocimiento propio que le hace depender de opiniones externas para “ser lo correcto” o lo que cree que se le demanda. Y en el diálogo con uno mismo, por ende, es tener inseguridad de “ser” quien se es.
En otras palabras: me sentiré inseguro de Ser, y por ello querré ser lo que los demás consideren bueno, válido, correcto, etc. Es marcarse el objetivo de “ser” lo que creo que “debo ser” para ser aceptado y que me quieran por “ser” así. Porque en el fondo, en mi incomprensión, he creído ser “erróneo o incorrecto”, y eso me lleva a sentir que soy “CULPABLE de SER”. Culpable de simplemente ser. Es renegar de mi espontaneidad para ser lo que crea conveniente y sienta que me aleja de emociones “negativas”.
¿Pero realmente por qué siento esas emociones negativas? La clave es ser consciente de que el quid de la cuestión no es no sentir esas emociones negativas, sino que les he dado una importancia y he “creído” que “sentirlas” está mal. Sin embargo no soy consciente de que al rechazarlas, ya estoy favoreciendo el multiplicar esas emociones que considero “malas”. Es decir, si algo que no me gusta, además de ello, lo rechazo, me disgustará al doble. Y a mayor rechazo, más me molestará y peor me sentiré. Pues yo creo el concepto del rechazo desde mi creencia de lo que es conveniente sentir y no sentir en mi estado de ánimo.
Por tanto el acto de discutir surge de retener la expresión de esas emociones “malas” para crear un concepto determinado sobre éstas y todo lo que la envuelvan (cosas, roles de personas, formas de expresión, personas, situaciones…), creándose unas creencias. Creencias de lo que es bueno o no, de lo que es válido o erróneo.
Y a su vez, sopesaré esas creencias asociadas a las emociones que acepto o rechazo, las compararé con los demás y las expondré y analizaré con argumentos para llegar a un consenso que me haga sentirme aliviado, superior o aún más inferior en mi inseguridad de ser. Y así, construir la personalidad aprendida que creo que es conveniente “ser” y defenderla para que otros la tengan. Querré por ende que los demás sean como creo que tienen que ser para no sentirme inseguro. Querré crear el “mundo a la carta” A la carta de mi inseguridad, de mi egoísmo, en resumen, de mi miedo.
Y desde lo que creo que “debo y es conveniente ser”, de la identificación de mi ego, es desde donde discuto interna y externamente. Discuto para tener argumentos intelectuales y emocionales que justifiquen lo que Soy o quiero llegar a ser, lo que Hago o quiero hacer, y lo que tengo o quiero tener. Y lo aplicaré como norma a los demás.
En una frase resumen:
DISCUTIR ES DESIDENTIFICARME Y SEPARARME DE LO QUE SOY ESPONTANEAMENTE PARA DEFENDER Y JUSTIFICAR SER LO QUE CREO QUE TENGO Y QUE SE TIENE QUE SER Y SENTIR, POR MIEDO AL RECHAZO DE SER YO MISMO.
ENTONCES… ¿CÓMO ABORDAR UNA DISCUSIÓN?: Transformar la discusión en diálogo.
Como decíamos, el ser humano siente emociones. No hay que retenerlas ni conceptualizarlas. Sólo aceptarlas. Con esto no estamos diciendo que intentemos «no discutir» en nuestra vida. El verdadero PODER de la discusión no es el estado puntual que nos provoca, sino el Entendimiento del porqué de esa discusión y estado emocional. Es ahí donde podré transformar una discusión en un diálogo interno y externo, que finalmente me lleve a ser consciente de mi momento, de mi realidad, y de mi interpretación de las cosas por comparativa de pasado.
Discute, no te cortes. Pero luego, cuando la identificación con una parte de tu ego y rechazo de la otra se calme, permitete comprender. Comprender te hará libre, y hará respetarte y posteriormente responsabilizarte de lo que haya ocurrido. Eso es ACEPTAR. es VIVIR siendo RESPONSABLES de nuestros estados y creencias, no rechazándolas o potenciandolas.
Entusiásmate de la vida viviendola.
¿En qué momento estas? Este punto es un buen inicio para que inicies tu diálogo interno, abrazando a tu ego, y externo empatizando con los demás, comprendiendo las reacciones e identificaciones de ti y de la gente que te rodea…
Porque proyectamos nuestros reflejos en los demás. Comprende tu propio reflejo en los demás.
Author: AdminPop
2 comentarios
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Muy interesante.. Gracias!
Gracias por comentar Noelia! Recuerda, nada es erróneo, todo es una expresión de ti.