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[HISTORIAS CONECTADAS] Nuestra Vivencia: EL COMIENZO
- 8 mayo, 2015
- Posted by: CoachingPOP
- Category: Historias conectadas Sin categoría
Lo más común cuando se quiere mostrar quién hay detrás de una empresa o persona, es poner tu carta de presentación en cuanto a lo que ofreces, y de dónde vienes en cuanto a tus éxitos profesionales. Es una forma de acercar una parte de ti a tus clientes, de conocer lo que haces. Y realmente está muy bien, es algo necesario, pero en nuestro caso, ponemos a vuestra disposición nuestra trayectoria también en cuanto a los errores o fracasos que han acontecido en nuestra carrera profesional para que de este modo, nos conozcáis un poco mejor, sepáis de dónde venimos y por qué hacemos lo que hacemos actualmente.
El comienzo
Nuestra andadura comenzó con una sola persona, un chico de tan solo 12 años llamado Miguel Ángel. Este chico era un apasionado del mundo del manga y el anime, probablemente sin saberlo ya que para él en un primer momento solo eran aquellos dibujos que ponían en TV y con los que disfrutaba tanto (DragonBall, Mazinger Z, Caballeros del Zodíaco…). Poco a poco fue indagando y descubrió que estas series eran la versión animada de cómics japoneses (llamados manga). Tanto le apasionaban que comenzó a hacer su propio fanzine especializado en esta temática llamado MangaLine.
Lo hacía como buenamente podía: escribiendo a máquina los artículos, fotocopiando páginas de mangas en japonés, y haciendo una ardua labor de editor artesanal para un chico de su edad ya que por aquella época (principios de los 90) no se contaba con internet y no tenía los conocimientos para realizar una maquetación por ordenador. Su herramienta era una máquina de escribir antigua y su motivación.
La revista, aunque no tuviese la mejor de las maquetaciones y no contase con una distribución profesional, fue todo un éxito en Sevilla, llegándose a vender más de 100 ejemplares por las librerías especializadas de la ciudad.
Dado el éxito que consiguió con esta auto-publicación, quiso dar el paso a nivel profesional, imprimiendo finalmente el número 11 de forma profesional, con un acabado y maquetación acorde con la impresión. Él tenía claro desde la infancia su objetivo: llegar a crear una editorial. Pero nos estamos adelantando…
Para este número 11, puesto que Miguel Ángel contaba con una tirada mucho mayor, pensó que sería necesaria una distribución a nivel nacional, por lo que contactó con una distribuidora especializada en la temática para ello. Le aceptaron el producto sin ningún problema, pero si bien la distribución llegó a realizarse, cambios internos en la distribuidora y quizás, viendo estos la juventud y falta de experiencia del chico, hicieron que no llegaran a pagarle las ventas de la revista. Así que Miguel Ángel decidió terminar ahí su etapa como editor en solitario de la revista.