En los últimos años no paramos de ver por todos lados la importancia de saber quién se es, conocerse para crear tu propia vida. Detrás de definir un patrón concreto de «quién se es», tus gustos, tus valores, tus objetivos… ¿realmente nos lleva a SER nosotros mismos? ¿O nos limita aún más al reforzar nuestro autoconcepto y creencias?

Es tu propio «sistema de creencias» el que necesita definirse, y bajo la intención de “conocerse a sí mismo” elaborar una personalidad que me alivie y me haga sentirme mejor, indistintamente de que sea yo o no. Y a eso se le llama Inteligencia Emocional, a controlar mis pensamientos y emociones para sentirme mejor a costa de sustituir un sistema de creencias con otros, a los que llamamos refuerzos positivos, que engordan nuestra falsa autoestima. Falsa porque es la que busca la seguridad y reconocimiento fuera, porque no lo tiene en sí mismo ni cree que lo pueda tener. Porque si no lo “cree”, no tiene que comprobarlo, sólo defender su postura.

El sistema de creencias es cómodo, y tan sólo quiere que “todo cambie” para sentirse seguro. Es por ello que lo común para aliviar la frustración es engancharse a los refuerzos positivos y negativos para creer que todo será diferente, porque la realidad es que no se quiere que nada cambie por miedo a Ser.

Una Inteligencia Emocional necesita de manuales de instrucciones para seguir controlando y sintiéndose orgulloso por y para “ser alguien”, y qué mejor manera que esas guías que le digan cómo vivir la vida y cómo Ser como evasión de ser responsables y reconocerse internamente.

Es el enganche a lo externo para no ser lo interno. Enganche a videos, libros y cursos de autoayuda y de gestión de inteligencia emocional o a “gurús” que te “ayuden” a reforzar aún más el control y el orgullo para intentar evadirte y no recordar la inseguridad, carencia y menosprecio interno que sientes en ti por simplemente Ser. Porque creerás (desde añadir más control y falsa seguridad con ese sistema nuevo de creencias que darás por válido porque te conviene por tu miedo) que ahora estás en el camino correcto. En el camino de la Felicidad. Cuando la realidad es que estás reforzando tu control para seguir resistiéndote a Ser tú y expresarlo al mundo.

Y se desinflará. Y la caída será cada vez más grande, proporcionalmente a tu resistencia.

En el proceso de autoconocimiento la persona quiere poder llegar a conocerse para tener la certeza de quién se es, y así poder vivir pleno en su vida. Pero… ¿realmente esto llega?

Es muy simple. Es el juego de la resistencia de las creencias el que tiene un callejón sin salida, una pregunta sin respuesta; un anhelo al que nunca se llegará, que actúa de resorte para no perder nunca el control sobre lo que se cree que se tiene que impedir: dejarse ser.

Tener la certeza de quién se Es es precisamente un concepto desde la necesidad de tener bajo control lo que se Es (o mejor dicho, lo que se espera y anhela ser) para reconocerse en base a unos conceptos preestablecidos y aprobados por nuestro sistema de creencias. Como ves, es tener bajo control lo que se cree ser para evitar “errores” o reincidencias del pasado sufridas para sentirme orgulloso de ahora “ser yo”. Es controlar la espontaneidad para sólo mostrar lo que se debe ser, y por ende, se espera y se trabaja para llegar a “Ser”. Trabajar sobre uno mismo para «ser» es perder el tiempo, pues sólo desde la aceptación de la incomprensión y el soltar el sistema de creencias llega la verdadera expresión de Ser, que va unida a la tranquilidad y a la no-atención de lo que se Es, simplemente se expresa. Este es el verdadero reconocimiento interno. Confianza 100%

No hay permisión de Ser si se necesita reafirmarse en la VERDAD o en tener la CERTEZA de saber quién se es. Ambos juegan un papel importante en el sistema de creencias de tu Inteligencia Emocional. Un sistema Intelectual que ha realizado una ardua red de conceptos y emociones impuestas que justificarán seguir con tu defensa de ser quien crees que debes ser. Porque Ser no entiende de VERDAD ni de CERTEZA, porque el “simplemente SER” ya es simple y verdadero en sí porque SE EXPRESA, sin justificaciones ni reprobaciones. Simplemente ES. No busca aceptación porque se acepta al Ser.

Es el ego desde el control de tu expresión el que maneja tu sistema de creencias para reforzar y hacerte creer que eres libre en tu decisión, sin darte cuenta de que el simple hecho de tener que elegir ya te limita, ya te impide SER. Ser no entiende de elecciones, ni de tiempos ni momentos. No existen los “cómos” ni los “cuandos”, porque SER no especula ni decide, sólo se expresa.

Si decides SER, será la última decisión de tu vida. Porque desde ese momento ya dejas el sopesar un sinfín de opciones para simplemente expresar tu Ser, porque tienes seguridad y reconocimiento en ti, y desde tu aceptación interna te expresas y aceptas la expresión de los demás. Y ya no decides más, porque simplemente vives en coherencia con SER. Y no hay que decidir lo que se ES.

Tu existencia no depende de la expresión de los demás; únicamente va en tu expresión de Ser siendo. Nada hay que cambiar, porque tú no has cambiado. Simplemente has dejado salir tu expresión, aceptando tu sistema de creencias y soltando tu resistencia. Sueltas tu SER desde lo simple; porque no existe el error ni el acierto, sólo Ser espontaneo.

Tu ego se integra en tu espontaneidad, al no seguir controlando ni controlándote, ni depender del reconocimiento externo ni emocional. Porque ya te tienes a ti.

Fluyes lo que ERES siendo y viviendo lo que se presente, ya no hay elecciones, simplemente Eres y fluyes en tu expresión de SER.