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Entender el sufrimiento
- 24 noviembre, 2015
- Posted by: CoachingPOP
- Category: Reflexiones de confrontación
La vida puede ser un regalo o un infierno dependiendo de nuestro punto de vista y de si está sesgado por nuestros estados de miedo. No obstante, tenemos tiempo para hacer de ella todo lo que queramos. Lo que hagamos con ese tiempo es nuestra responsabilidad, depende únicamente de nosotros.
Durante el tiempo que estamos en ella se nos presentan momentos calificados como “duros de sobrellevar” y por los que todos pasamos: enfermedades, fallecimientos de seres queridos, etc., pero sobre todo nuestras propias incomprensiones internas, es decir, nuestros miedos.
Dependerá de nosotros llegar a la comprensión del sufrimiento, del por qué la vida nos pone por delante las diferentes situaciones y aprovecharlas para nuestro avance hacia lo mejor, o quedarnos con el concepto de que el mundo es un lugar cruel y caótico, donde somos víctimas de las circunstancias.
Para un mejor entendimiento de los procesos depresivos, veamos la diferencia entre los tipos de sufrimiento que podemos experimentar en ellos, siendo el sufrimiento el padecimiento que se instaura en la mente con dolor sentimental y que somatizamos en el cuerpo a través de dolor físico:
-Dolor Físico: Es el daño que experimentamos en y a través del cuerpo.
-Dolor sentimental (Preocupación): Miedos originados en la mente provocados por almacenamientos defectuosos no aceptados, localizados, ni comprendidos, del pasado, o sentimiento de incomprensión y descontrol ante una situación o hecho, lo que originará un almacenamiento defectuoso. Esto origina sentimientos de tristeza, ira, pena, soledad, abandono, menosprecio, culpa…
-Estrés: Somatización psicológica, por agobio y nerviosismo desde la mente por saturación de la misma sin diálogo interno. Lo somatizamos a través del cuerpo.
-Ansiedad: Miedo al futuro por vinculación con almacenamientos defectuosos del pasado. Anteponerse a algo que tememos que llegue o no.
El sufrimiento es un proceso por el que todos pasamos. Ya decíamos que es una herramienta que se pone a nuestra disposición para que podamos salir de la zona de confort creada por nuestros miedos y de esta forma romper con los hábitos adquiridos por el patrón mental de “acomodamiento”.
Continuar temiendo lo que nos deparará el futuro o temiendo nuestro propio sufrimiento, sólo generará una constante ansiedad y estrés que somatizaremos en nuestro cuerpo.
Aunque durante ciertos períodos de tiempo somaticemos la ansiedad y el sufrimiento, si en vez de enfrentamos a estos estados depresivos, confrontamos nuestros almacenamientos defectuosos y miedos desde un sano y sincero diálogo interno, surgirá la comprensión, entendimiento y posterior aceptación de los mismos.
Por el contrario, si elegimos no indagar en ellos, no comprenderlos y buscamos una solución en la compasión de los demás, seguiremos somatizando ansiedad, estrés y sufrimiento constante. Es probable que experimentemos momentos de relativo alivio, pero sin indagación volverá a surgir de nuevo la incomprensión, el sufrimiento y la desesperanza.
En cambio, si llegamos a un Entendimiento real de estos procesos, podemos dejar de temer los estados de sufrimiento, llegando a vivir el momento Presente sin condicionamientos y con la libertad que supone dejar de convivir con los conceptos que los almacenamientos defectuosos y los miedos nos generaron.